El Alma del Mundo…
Cuando consiga superar graves problemas en su relación, no se detenga en el recuerdo de los momentos difíciles, sino en la alegría de haber atravesado una prueba más en su vida.
Cuando salga de un largo tratamiento de salud, no piense en el sufrimiento que fue necesario enfrentar, si no en la bendición de Dios que permitió la curación.
Lleve en su memoria, para el resto de la vida, las cosas buenas que surgieron en las dificultades. Ellas serán una prueba
de su capacidad, y le darán confianza ante cualquier obstáculo.
Unos querían un empleo mejor; otros, solo un empleo.
Unos querían una comida más abundante y variada; otros, solo una comida.
Unos querían una vida más amena; otros, apenas vivir.
Unos querían padres más esclarecidos; otros, tener padres.
Unos querían tener ojos claros; otros, poder ver.
Unos querían tener una bonita voz; otros, poder hablar.
Unos querían silencio; otros, poder oír.
Unos querían zapatos nuevos; otros, tener pies.
Unos querían un auto; otros, poder andar.
Unos querían lo superfluo; Otros, apenas lo necesario.
Hay dos tipos de sabiduría: la inferior y la superior. La sabiduría inferior es dada por cuanto una persona sabe y la
superior es dada por cuanto ella tiene conciencia de lo que no sabe. Tenga la sabiduría superior. Sea un eterno aprendiz en la escuela de la vida.
La sabiduría superior tolera; la inferior, juzga. La superior, alivia; la inferior, culpa. La superior, perdona; la inferior, condena.
¡Hay cosas que el corazón solo habla para quien sabe
escuchar!
Autor anónimo “
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