Anuario 1992

Amigo Lector

El comienzo de la última década del milenio nos trajo una gran lección en el campo de la política y de la convivencia humana, caracterizada principalmente por una de las grandes naciones.

Asistimos al desmoronamiento del llamado mundo comunista, con una experiencia de muchas décadas en la política colectivista, o que debería serlo. El detalle es que ese colectivismo se apoyaba sobre una doctrina esencialmente materialista.

Ahora bien, para el materialista, que no cree en Dios, en el alma y su sobrevivencia, en la vida futura, en fin, lo que debe interesarle es el momento que pasa, y acabándose todo con la muerte, su lógica es ser egoísta y disfrutar de todo lo que puede.

Por tanto, filosóficamente, el materialismo se opone al colectivismo y así causa asombro que ese extraño consorcio haya subsistido por tanto tiempo, a pesar de que por lo que se supone, lo fue por la fuerza.

Si prestamos atención a la organización política de la ciudad espiritual de nombre Nuestro Hogar (1), Veremos que su fundamento es colectivista, o sea el interés de la colectividad está por encima del interés del individuo y las informaciones que se respigan aquí y allí, nos dan cuenta de que el régimen es muy bueno, pues funciona en bases justas.

Pero aquí la base filosófica de la política debe ser el cristianismo que nos impele al amaos unos a los otros y que resulta en la relación fraterna y altruista, que la Doctrina Espírita enfoca tan bien, siendo la solución a los problemas de la convivencia humana y de la evolución espiritual del hombre terrestre.

Cada día es más evidente que sin ese amor fraterno, la Humanidad se debatirá en búsqueda de soluciones inexistentes para resolver su problema de paz y progreso, individual y colectivo.

Por eso, estamos aquí en nuestra lucha, procurando divulgar la Doctrina Espirita y su vigoroso movimiento doctrinario, del cual el Anuario Espírita se hace mensajero reuniendo tanto material valioso que ciertamente, redundará en un creciente esclarecimiento del pueblo, o mejor dicho, de las inmensas legiones de nuestros hermanos que necesitan de los conocimientos espiritas para comprender el porqué de tantos desajustes en los días que corren.

Los Editores.

Caracas 31 de Diciembre de 1991.

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