Anuario 1997

En el próximo día 18 de abril de 1997, conmemoraremos los 140 años de El Libro de los Espíritus, naciendo con él la Doctrina Espírita, el Espiritismo, y en la puerta de ese marco histórico pensamos que caben aquí algunas reflexiones, acerca de lo que representó ese lapso de tiempo en favor no sólo del mundo espírita sino de toda la Humanidad.

Si la Doctrina nació y floreció en Francia, la actualidad muestra al Brasil como la fuente de mayor perfeccionamiento, estructuración y divulgación de la Doctrina de los Espíritus, y, por increíble que parezca, su cuna natal está desconociéndola casi por completo.

La mediumnidad bendecida de Francisco Cándido Xavier, en su trabajo misionero y silencioso, permitió que Espíritus como Emmanuel y André Luiz, principalmente, en más de 400 libros, viniesen a traernos un desdoblamiento muy grande para la comprensión de los principios fundamentales, como la sobrevivencia y eternidad del Espíritu, su evolución a través de vidas sucesivas, reencarnando bajo los más diferentes climas y los más diversos programas de vida, la posibilidad de intercambio entre los Espíritus de los dos mundos, visible e invisible, todo en un lenguaje y forma literaria accesible a la comprensión popular, pudiendo decirse que cualquier persona del pueblo, que sepa leer, puede aprender, fácil y rápidamente, toda esa Doctrina que, del mismo modo que la Buena Nueva, viene a abrir una nueva era para la Humanidad: la era de la supremacía del Espíritu y de la concientización del hombre en cuanto a su destino de Espíritu eterno.

Otros trabajadores como: Divaldo Pereira Franco, Raul J. Teixeira, más allá de ofrecer su instrumentalidad mediúmnica, se hicieron predicadores itinerantes, llevando el mensaje espírita a casi todos los países del mundo.

Las Editoras espíritas se multiplican; los libros espíritas son editado por millones, y vertidos a varios idiomas, en especial al español, traspasan así las fronteras iluminando la mente del hombre donde lo alcanzan.

Las obras sociales de los espíritas se incrementan. La ejemplificación del verdadero amor cristiano a través de la caridad, sin exigencias y sin alarde se materializa en ellas, en una demostración de que el Espiritismo no es tan solo una filosofía espiritualista para entretener debates académicos o religiosos, sino una fuerza viva de amor y de luz iluminando las tinieblas de la ignorancia y mitigando el sufrimiento humano, pleno de corazones perturbados por no comprender la esencia educativa de la vida, que la Doctrina nos muestra y sus obras ejemplifican.

Amigo lector, al ofrecerte estas páginas del Anuario Espirita 1997 pensamos darte una comprobación de todo lo que acabamos de decir, al mismo tiempo que te exhortamos a caminar con la Doctrina, activo e interesado, trabajador y fiel, con la fe viva de que todos nosotros por nuestra filiación llevamos en las manos una bandera de luz y de amor para que brille con muestra luz.

Caracas, 31 de diciembre de 1996.

LOS EDITORES

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