Hoy rendimos un pequeño homenaje a nuestro Gran Hermano
Alipio González Hernández
Vivió en Caracas, Venezuela, desde los 16 años, hasta su regreso al plano espiritual. Llegando a conocer la Doctrina Espírita a través de las obras de Allan Kardec, y el libro “Volví”, del Espíritu Jacobo, fue su primer contacto con la psicografía de Francisco Cándido Xavier. A partir de entonces, comenzó su dedicado trabajo de traducción de las obras espíritas y su distribución a países de Iberoamérica.
Nació el 15 de agosto de 1942, en las Islas Canarias, en un archipiélago español, ubicado frente a Marruecos, en Fuencaliente, Santa Cruz de Tenerife.
Inició su trabajo en la Doctrina Espírita con una simple carta enviada al Instituto de Difusão Espírita-IDE el 26 de febrero de 1981, expresando su interés por estrechar lazos. Siendo estos confirmados en una visita a Brasil en enero de 1982, en la cual se entrevistó con los hermanos Salvador Gentil y Francisco Cándido Xavier, quien le comunica que tiene la misión otorgada por el mundo espiritual, de traducir al español las obras de la doctrina espírita.
A partir de entonces, se encargó de traducir las obras de Allan Kardec y obras psicografiadas por Francisco Cándido Xavier, así como de diversos autores, además de presidir el Anuario Espírita en español, editándolo durante treinta y dos años ininterrumpidos, a través Mensaje Fraternal, institución responsable no solo de las obras, sino también de la hermosa labor de asistencia espiritual y acogida fraterna a las personas necesitadas, proporcionándoles alimentos y apoyo en diversas necesidades.
En estos casi cuarenta años de constantes actividades, realizadas con gran desprendimiento, en vista de haber dispuesto de sus bienes materiales y de su tiempo, casi por completo, al servicio de la difusión de la Doctrina de Jesús y los Espíritus. Editó e imprimio más de 2.500.000 libros distribuidos gratuitamente, en una fructífera labor de esclarecimiento y consuelo a los corazones afligidos, especialmente a los más pobres, a los enfermos, a los prisioneros y tantas criaturas necesitadas.
Todavía tenemos mucho que aprender del ejemplo de Alipio, entidad entregada de corazón al prójimo, verdadero cristiano al servicio de Jesús.
Nuestro hermano Alipio desencarno el 23 de noviembre de 2018, regresando a la patria espiritual a los 76 años de edad, sigue trabajando ahora más que nunca por el ideal al cual dedico gran parte de su encarnación.